Quien trabaja en un estudio de diseño o una agencia de publicidad sabe que cuando las vacaciones están a la vuelta de la esquina, parece que se acabe el mundo… Todos los clientes, y es muy entendible porque a nosotros nos pasa lo mismo pero al contrario, quieren dejarse los deberes terminados e irse sin preocupaciones ni tareas pendientes… Es decir, que no te quede ninguna para septiembre.
Así que a nosotros nos toca correr, no solo para que ellos se vayan de vacaciones tranquilos, sino también por nosotros, y es que dejarse algo pendiente nunca es bueno, porque, al menos eso me pasa a mí, no acabas de desconectar hasta que pones el punto y final al trabajo.
Los días previos a las vacaciones siempre son emocionantes, porque el estudio se convierte en una montaña rusa de emociones. Emociones que se juntan, que chocan y que invaden todos, y cada uno de los rincones de la oficina. Alegría porque te vas a tomar ese merecido descanso después de tanto estrés acumulado (tranquilidad porque a nosotros aún nos queda un mesecito para las vacas); presión porque los tiempos son los que son, y si no lo terminas a lo mejor no te vas, y sobretodo tensión por la reacción del cliente, que te lo puede cambiar todo a una hora de cerrar el chiringuito, y colgar el cartel de “CERRADO POR VACACIONES”.
La profesionalidad es un valor del que no todo el mundo puede presumir, y aunque a nosotros nos cueste la vida terminar un trabajo en marcha antes de irnos de vacaciones, nuestro grado de implicación es tan alto que sí o sí, cumplimos con nuestro compromiso. Y eso, quieras que no, el cliente lo agradece porque sabe, que ya puede nevar, ya pueden caer rayos de punta (no es el caso, porque este finde nos llega una ola de calor, que agárrate los machos!!!), que tendrá a tiempo el trabajo que nos ha solicitado, y eso da mucha confianza, la verdad… Que es también lo que les ofrecemos a todos nuestros clientes….
No creas que el post de hoy es para vender nuestros servicios, es decir, profesionalidad, confianza, creatividad, saber hacer y muchos conocimientos tanto técnicos como artísticos.
No. El post de hoy surge de la observación. Sí, sí, como lo lees, de la pura observación. Me he sentado a escribir el post de OSSIDO de la semana, y aunque tenía una idea bastante clara del tema, he mirado a mi alrededor y he visto el movimiento y el ritmo de todos mis compañeros, y me he dicho, ¿por qué no? Y aquí está el resultado de mi observación y de mi inspiración.